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Abriles con Robert Smith y sus tonos de Kafka, Nabokov y Camus

Por A. Colin


Abril ha sido un mes complicado.

Tenía intención de realizar varias reseñas para la iniciativa "Libros sobre libros", creada por la booktuber Dina Oltra, pero me ha quedado corto el tiempo. Sin embargo, he preparado algo diferente.

El pasado 21 de abril de 2022 fue el aniversario de vida número sesenta y tres de una de las personas que más admiro: Robert Smith.

Tanto él como la extraordinaria banda The Cure, forman parte vital de mi formación personal. Figuran de mis acompañantes, casi amigos. Han musicalizado de manera solemne cada experiencia significativa, hoy recuerdos exhumados, encarnados en melodías. Desde que escuché su música por primera vez, en el ya difunto canal Vh1, quedé prendada para siempre de un ser andrógino con voz celestial. Ese pálido rostro de gesticulaciones inusuales se veía acentuado por unos escurridos labios rojos y lagunas pupilares enmarcadas en delineador negro: me había cautivado. La metamorfosis arácnida, hipervigilante en la esquina de una polvorienta habitación, llevaba también un sello personal sobre su cráneo. La melena negra y revuelta todavía hoy la lleva con orgullo cual si fuera un miembro inextirpable, como una pierna o una extensión más de su cuerpo.

El proyecto Wuff va de libros, pero también de música. Por lo que, en esta ocasión, mencionaré como The Cure y Robert Smith, además de influir en mi personalidad también lo hicieron en la lectura.

La Metamorfosis de Franz Kafka es el primer libro que relaciono con Robert Smith. Kafka es uno de mis autores predilectos y ese primer ejemplar fue prestado por alguien que también fue muy importante en mi vida. Lo leí tan rápido que parecía atragantarme con sus páginas mientras lloraba por todo lo que le sucedía a Gregorio Samsa. Al finalizar su lectura desarrollé un amor profundo por Kafka. Por primera vez sentía que alguien ponía en palabras el malestar que llevaba dentro desde hacía años.


Mi siguiente acercamiento fue Carta al padre, en una edición que aún conservo y varios cuentos sueltos: El Buitre, Ante la Ley, El silencio de las sirenas, Un artista del hambre, Un artista del trapecio, entre otros. Mi obsesión llegó con el aforismo "Una jaula salió en busca de un pájaro". Comencé a leer aún más sobre su vida: sus excentricidades, la difícil relación que tenía con el sexo femenino y el amor, sus hábitos alimenticios y la piedad que sentía por los peces, el gusto por la natación, la ríspida relación que tuvo con su padre, la poca fe que se tenía a sí mismo como escritor, su genuino vínculo con Max Brod, la tuberculosis y el desenlace en una prematura muerte.

Esta travesía surge a partir de una entrevista para Canal Once de México en 2007. La pregunta era puntual "Si The Cure fuera un libro, ¿Cuál sería?" a lo que Robert Smith respondió "Probablemente seríamos un libro perdido de Kafka. Sentimos que estamos en una historia de Kafka la mayor parte del tiempo".

Son diversas las canciones que sumergen al escucha en el universo Kafkiano. A Forest y Lost, crean un efecto de desasosiego y soledad casi desde el primer segundo. Cartas a Felice, el diálogo epistolar entre Kafka y su enamorada en turno Felice Bauer, nos muestra a un hombre sensible al amor romántico. Entre sus páginas se encuentra un hombre entusiasmado, por demás educado y enamorado, ansioso de la correspondencia de su amada. Esta obra bien podría ser la fuente de inspiración para A letter to Elise del noveno álbum de estudio Wish (1992), sin embargo, hay rumores de que el propio Smith ha declarado que se inspiró en Les Enfants Terribles de Jean Cocteau.

At Night es la pieza que se lleva el título ganador. Del segundo álbum de estudio Seventeen Seconds (1980), surge esta pieza que figura casi como adaptación del micro relato homónimo del autor checo. Ambas obras exponen el sentimiento de soledad que tiene un hombre al anochecer, acompañado de un estado de hipervigilancia y cierran con la contundente frase "Alguien debe estar ahí".

Retomando mi primer encuentro con Robert ¿pudiera ser acaso ese arácnido Smith una reinvención del escarabajo de Samsa? Lo dudo, pero prefiero creer que así es.

La aclamada Lolita de Vladimir Nabokov es la siguiente en la lista. Muchos ensayos, video-ensayos y discusiones se han realizado sobre esta novela, algunos mejores que otros, pues he visto varios seudocríticos hablar sobre ésta sin haberlo leído o terminado siquiera. Me parece un insulto al autor y su obra. El mismo Nabokov ha expresado abiertamente su postura ante las especulaciones de su personaje protagónico Humbert Humbert y la real intención que tenía el libro. Personalmente, lo considero uno de los libros más bellos, de escritura soberbia y trágico andar. Aunque no hay evidencia que certifique lo escrito por Nabokov, se cree de manera colectiva que el autor podría tener como inspiración un hecho real (El caso de Sally Horner, 1948), pues lo único cierto, revelado por el autor, es que la proclama como sucesora de su obra El Hechicero (1939).

Asimismo, se ha visto envuelta en la polémica de un posible plagio de la obra también titulada Lolita escrita por Heinz Von Lichberg. Me di a la tarea de conseguir y leer dicha obra. Puedo aseverar que las obras comparten solo el título y una protagonista pubescente. Nabokov escribe poesía, es delicioso tener sus palabras, ese lenguaje tan exquisito en la boca, proyecta fotogramas vívidos de sus entornos e impregna colores y aromas en la imaginación del lector.

Entré en el mundo de Lolita–y de Nabokov– al toparme, por mero azar, con dos fotografías de Robert Smith con el libro. En una sostiene un ejemplar del libro con la portada de la adaptación realizada por Stanley Kubrick; en otra, está recostado sobre su estómago, rodeado de diversos objetos, entre los que resalta el libro y una curiosa lapicera de Snoopy. Hacía mucho tiempo que me interesaba leer esa novela tan polémica y de una vez por todas forjar mi propia opinión. Pero a esa edad no tenía dinero para comprar nada y no era tan fácil conseguir libros (o no para mi) y durante varios años encabezó la lista de espera. Finalmente se hizo el milagro. Un buen amigo, inesperadamente, me ofreció el bello tomo como obsequio, aunque no había ninguna fecha célebre que ameritara dicho presente. Adoro en particular esa edición de Anagrama, no solo por su bella y elegante encuadernación de tapa dura o el cubre polvo rosado con patrón de fresitas, que suplanta de manera digna a la recurrente portada de una infante hipersexualizada, sino porque venía con una dedicatoria a lápiz.


Hay una canción que me remite a un momento muy específico de la novela, y curiosamente es previa a la existencia de Lo. La canción se titula Before Three y forma parte del duodécimo álbum de estudio The Cure (2004). La canción narra, en primera persona, la nostalgia que sufre al recordar un viejo amor de verano, juvenil e ingenuo, que promete todo y, entre líneas, insinúa que nunca se llega a consolidar. Esto es similar a la historia que vive un Humbert adolescente con Annabel.

La lírica de Before Threeevoca oro y verano, plata e invierno, como los puntos álgidos del primer enamoramiento y el fin del mismo, que invita a recordar la lectura: "Sé también que la conmoción producida por la muerte de Annabel consolidó la frustración de ese verano de pesadilla y la convirtió en un obstáculo permanente para cualquier romance ulterior, a través de los fríos años de mi juventud". Podemos ver aquí también el guiño a la propia Annabel Lee del poema de Edgar Allan Poe. Aquí nace mi duda, ¿es acaso esta canción una referencia a Poe o Nabokov?, ¿quizá a ambos autores? Nabokov ha revelado su fijación por el poema, así que podría ser una meta referencia indirecta a Poe. Puede que sea mi imaginación reactiva, solo son especulaciones, pero incluso el título de la canción Before Three parece no tener sentido, hasta el momento en que vamos a la novela y en el tercer capítulo aparece el nombre de Annabel.


Como curiosidad extra recordemos que Nabokov era entomólogo, específicamente lepidopterólogo. No puedo evitar pensar en la canción The Caterpillar del quinto álbum de estudio The Top (1984). La canción recurre a sonidos que simulan aleteos de mariposas, aunados a un violín estrafalario que evoca de inmediato las múltiples mariposas del video musical.

Y, por último, pero no menos importante, El Extranjero de Albert Camus.

Algo similar a lo experimentado por Kafka se repitió con Camus. A diferencia de La Metamorfosis, este libro fue una de mis primeras adquisiciones, aunque posteriormente fue regalado y luego de unos años lo recuperé en una edición de la editorial Alianza. Ese primer libro lo adquirí durante una feria del libro universitaria, con la mera intención de leerlo al vincularse con el tema Killing an Arab del primer álbum de estudio Three Imaginary Boys (1979).Lo leí con inquietud, luego con algo de confusión y vacío: me volvía a sentir identificada pero no sabía exactamente con qué de Mersault. En ese entonces recuerdo que me sentía en un lugar bastante oscuro, distaba de estar en un lugar emocionalmente estable y, además, carecía de vínculos afectivos interesados en la lectura. Al terminarlo me hundí en un lago espeso, futilidad y vacío era todo lo que sentía. Me tomó más de un año salir a flote, pero no se malentienda, yo me encontraba mal desde antes.


En el libro Cured: The Tale of Two Imaginary Boys (Malpaso, 2019) escrito por Lol Tolhurst, miembro coofundador de la agrupación (y amigo de la infancia de Smith), se encuentra una anécdota sobre la canción y su relación con el libro: "Killing an Arab era una canción que se inspiraba en El extranjero, el libro del existencialista Albert Camus. En él, el protagonista, por motivos que ni él mismo sabe, mata a un árabe en la playa. La canción quería representar la angustia existencial, no tenía nada que ver con racismo, pero según para quién, podía ser fácilmente malinterpretada" nos cuenta Tolhurst.

Después del lapsus inducido por El extranjero, me dediqué a buscar todo lo pude de la obra de Camus. Mis hallazgos fueron escasos y aquellos libros que lograba encontrar estaban en malas condiciones o eran diferentes ediciones de El Extranjero. Compré varios libros de viejo, entre ellos La Peste. Calígula fue mi siguiente acercamiento al autor: también me voló la tapa de los sesos. Recientemente, hace un par de años, adquirí y leí con profunda admiración El Primer Hombre, una novela autobiográfica melancólica, que nos abre la puerta al pasado de un Camus desconocido, el huérfano de padre, fanático del soccer, rodeado de pobreza y amigos fieles, aquel infante que añora el estudio en el Liceo y admira a su maestro a tal punto que encaja como figura paterna.

Son diversos los autores y libros que han inspirado a Robert Smith a escribir canciones, tales como Charles Baudelaire (How beautiful you are), Penelope Farmer (Charlotte Sometimes), y otros más que simplemente son predilectos del cantautor, como Edgar Allan Poe y, también de mis favoritos, Arthur Rimbaud y Jean-Paul Sartre. De Rimbaud y Sartre me queda mucho por explorar, sin embargo, no dudo de su magnificencia.

The Cure no se trata de melodías góticas o post punk, es literatura escondida en canciones, esperando a ser encontrada.

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